martes, 24 de mayo de 2016

El amor, el amor...


En primera instancia quiero aclarar que el texto expuesto en posterioridad es de Dante Gebel, quien ha escrito varias obras. A continuación, un mensaje corto y claro acerca del amor.
Personalmente, encontré verdad en este texto.-
 “Todo se trata de volar”
Es válido preguntarte si estás enfermo o solo es una sensación de malestar. También podrías dudar acerca de si tienes ganas de almorzar o solo comerte una barra de cereal. Pero no puedes dudar si amas o no. Si aún dudas, es porque aún no amas, punto, el asunto es así de pragmático y lineal. De igual modo, hoy se me ocurrió enumerar de manera desprolija, solo algunos síntomas que deberías padecer, para saber si esa persona logró meterse en tu alma y adueñarse de tu corazón.Cuando amas de verdad y miras a sus ojos, todo a tu alrededor se detiene y deja de existir.Cuando amas profundamente, sueles tener esas conversaciones que no quieres terminar, pero que tampoco sabes cómo seguir.Cuando amas, quisieras estar cerca de esa persona para protegerla y cuidarla toda la vida. Y si no lo puedes hacer, no hay un solo minuto en que no pienses en cómo estará; solo quieres que sea muy feliz, aunque no estés a su lado.Cuando amas de verdad, simplemente dices: “Estoy feliz, no me preguntes por qué, cuando existe un por quién”Cuando amas de verdad, te quedas mirando a esa persona y te das cuenta que cada día te gusta más y serías capaz de cualquier cosa con tal de pasar toda una tarde charlando, riéndote de tonterías o tomando un café en silencio, juntos. Después de todo, son los pequeños detalles, los que realmente enamoran.Enamorarte en serio es cuando de repente llega ese alguien de la nada y te hace indispensable hasta el más sencillo saludo de buenos días; deseas su sonrisa cómplice, un simple gesto de cariño, el más efímero abrazo, porque el más mínimo de los detalles te importa, y mucho.Aunque te cueste creerlo, existe esa persona que entra a tu vida y se adhiere a tu alma de manera permanente; menos que eso, no califica como amor.Aun cuando crees que has perdido todo, siempre aparece esa persona que te ofrece todo lo que creíste perder, y terminas convenciéndote que no se puede renunciar a aquello en lo que no dejas de pensar todos los días. Recuerda que el corazón no muere cuando deja de latir, muere cuando los latidos no tienen sentido.En el caso que seas varón, vuelvo a repetirte que a una mujer hay que tocarle su corazón, no su cuerpo. Hay que robarle su atención, no su virginidad. Y hay que hacerla reír, no llorar.Así que, toma valor, llámala o escríbele y dile algo como: “Solo pasaba por aquí y me dieron ganas de quedarme toda la vida”“Sin ser lo que buscaba, terminaste siendo todo lo que necesito” “Una vez pensé que lo tenía todo hasta que te conoc픓Tenía todas las respuestas, pero me sonreíste y cambiaron todas mis preguntas”“No es que mi felicidad dependa de ti, sino que mi felicidad te incluye a ti”Y es así como sucede, que, de volar en soledad durante tantos años, no sabes cómo sucedió pero de la noche a la mañana, ya no concibes el hecho de viajar por tu vida, sin esa persona. Es así es como sucede, sencillo y básico. El amor no es aquello que queremos sentir, sino aquello que sentimos sin querer. Andabas caminando y terminaste por los aires sin darte cuenta.  
Si no estás volando, es que nunca te enamoraste.

martes, 10 de mayo de 2016

Identidad


La identidad es aquello que nos dice quienes somos, qué somos.
Veamos qué dice la Real Academia Española acerca de este término:
1- Circunstancia de ser una persona o cosa en concreto y no otra, determinada por un conjunto de rasgos o características que la diferencian de otras.
2- Conjunto de rasgos o características de una persona o cosa que permiten distinguirla de otras en un conjunto. 
Bien, la identidad es lo que nos permite ser quienes somos y no otra cosa. Aquello que nos hace estar seguros de nosotros mismos. Por ello es importante que tengas un determinado concepto de nosotros mismos, y pretender que éste no dependa de cosas superfluas,  sino que vaya mucho más allá. 
La identidad no puede depender ni determinarse por la élite, la clase social, el dinero o el poder. No. La identidad de una persona va mucho más allá del simple hecho de ser poseedor que "cosas materiales".
El sentido del "ser" es  muchísimo más importante, y eso es lo que, en realidad, nos permitirá ser en esencia. Diferenciarnos del resto, y no teniendo a esto como objetivo, sino principalmente para entender quienes somos, el sentido de la existencia, la hermosura de la existencia, ya que la identidad no está dependiendo de aquello que se va, sino de aquello que permanece...
 
 

    martes, 3 de mayo de 2016

    . . . ..El sentido de la vida.. . . .


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     El verdadero sentido de la vida. ¿Quién podrá saberlo? Afortunado de aquel, después de todo, de vivir se trata.
    Estamos aquí y ahora: HOY.
    Bien, ¿qué hacemos con ello? Muchas veces hacemos lo que pensamos resultará para determinado fin, pero, ¿por qué perseguimos ese fin? Otras veces no hacemos lo que pensamos no resultará o lo que pensamos será un obstáculo para determinado fin; pero de todos modos debe y hay un por qué detrás de ello.
    Pienso será un buen punto analizar acerca de  qué es la vida. Qué de estos escasos 80 años promedio que cualquier persona sobre la fas de la tierra puede "vivir". 
    Otro buen punto será el hecho de cuestionarnos si realmente tienen sentido esos 80 años promedios aislados, en medio de un mundo temporal. ¿Sólo vivo por 80 años que, pensándolo bien, no son en su totalidad color de rosas? ¿Realmente he venido a vivir o a sobrevivir? Y, ¿puede que sobreviva viviendo, o que solamente debo encontrar cómo VIVIR?
    Entre todas las propuestas parece bastante más interesante el último punto, encontrar cómo vivir. Y no estaríamos saliendo de nuestro planteamiento principal, el sentido de la vida, sino que será un complemento a ello.
    Podemos remitirnos a lo hermoso de vivir... No puede ser que solamente vivamos "80 años" y todo se acabe, no, sería incongruente, insípido,  incoloro.
    Sí está bueno plantearnos el hecho de qué hacer con esos 80 años en un tiempo más largo (-desde luego que estos 80 años tienen que servir para algo-). Como dijimos, sería algo muy inconcluso que solamente estemos aquí y ahora sólo por 80 años que luego se harán polvo volátil. No parece una buena idea; pero si podemos ubicarnos en ese tiempo más largo, en un período más largo de tiempo; eso sí suena interesante. 
    Pensémonos en una eternidad, ¿y  por qué en una eternidad? porque bien sabemos que muchos nos antecedieron y muchos vendrán luego de nosotros. ¿Y es que nuestro ser queda en la nada? No, debe tener re-valoración.
    Bien, y que es lo que acaba con la vida? La muerte. ¿Y qué hacemos con ella? ¿Matarla? Sí, es un buen punto, la cosa es que cuando matemos a la muerte sigamos viviendo y no que vivamos para o por esa muerte, en un lugar oscuro, como ella suele hacerlo en la mayoría de las ocasiones.  
    Definitivamente no vivimos "80 años" y luego todo se acabó. La vida continúa, y no sólo aquí en el planeta Tierra, sino en una eternidad de nuestro ser. Pero esa eternidad puede ser una buena eternidad o una mala eternidad. Personalmente, quiero pasar una buena eternidad y, definitivamente, mis decisiones en "80 años" aquí y ahora pesan para ello.
    No se trata de hacer buenas obras. No. Se trata de más, eso también es insípido e incoloro. Se trata de conocer y reconocer, es decir, de aceptar. Aceptar esa eternidad que es inaceptable no aceptar. 
    Entonces, para tener una buena eternidad no basta sólo con obras, sino con actitud de aceptación, de que hay una buena y una mala eternidad. La pregunta: ¿en qué eternidad queremos vivir -bien o mal, vivir.-? Bien, si es que queremos vivir en la buena, pues tenemos que matar a la mala, y eso aceptando lo que es inaceptable aceptar: Que hay una fuerza que nos lleva a realizar lo que no queremos, y otra que nos falta para realizar lo que queremos y sabemos que nos hace bien -no que nos gusta. [Que nos hace bien]-.
    Entonces debemos posicionarnos en el dueño de las eternidades y las fuerzas. Repito, esto se trata de aceptación.
    Así se puede resumir el sentido de la vida.. . . .
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